martes, 17 de julio de 2007

MI PLATO FAVORITO


Hoy me desperté con ganas de servirme un plato exótico…No era hambre…era gula…o deseo, simplemente. Ella, se había acostado muy tarde, muy cansada, así que no interfería mis pensamientos.

Les ha pasado, a veces, se tiene ganas de comer pero no es precisamente hambre…es… comer…algo especial…una dice “tengo ganas de…”.

El sol de la primavera entraba por la ventana de nuestro dormitorio, y ME revolcaba en la cama como lagartija. La sensación de los rayos de sol sobre la piel, me daban más ganas aún, pero…no lograba saber que era lo que quería comer.

Durante toda mi vida me he especializado en reconocer qué negocio vende, mejor preparado, aquello que me gusta. Los croissant, los conocí en Santiago de joven, entonces estaban recién apareciendo. Sin embargo no hay duda que el mejor lugar para comerlos es en “El Emporio La Rosa”. Cómo olvidar el sabor de otoño, cruzando el Parque Forestal, para llegar a tomar desayuno, con un croissant de chocolate y un café bien negro. El sol de Santiago, apenas calentando la piel y sabor a besos en los labios. “El Emporio de La Rosa”, si…se desea comer croissant de chocolate, y no puedes ir a Marsella, debes ir a Santiago, recorrer el Parque Forestal y sentarse en “El Emporio de la Rosa” a eso de las nueve de la mañana, cuando el sol comienza a calentar y…saborear un croissant de chocolate.

Cuando quiero pisco sour, no puedo olvidarme de mi paso por Parral, y el Brescia. Antes de mi partida un amigo, me había hablado de él, lo busqué sólo por cercanía, por la necesidad de un lugar común, en esa soledad sureña y… lo frecuente por su pisco sour goteado, me atrevería a decir que los mejores de Chile. La soledad de las tardes, después del trabajo, en un mundo desconocido, me llevaban al Brescia, creí terminar alcoholica…me volví para Valparaíso. Si usted anda por el sur, y pasa por Parral, vaya al Brescia, pida un pisco sour goteado…cuando lo empiece a saborear…piense en mí.

El sol invadió toda la cama y tire la ropa al suelo, para que me cubriera completa. Puse las “Paráfrasis de List”, tocadas por Arrau. Ella, por suerte, seguía durmiendo. Tuve la tentación de Galeano, pero apoque el gesto y seguí pensando, en esta cálida sensación de comida, a la que aún no le daba nombre.

Las mejores jaibas en su concha, no se encuentran en un restaurante, no. Están en Horcón, detrás de la caleta. Ahí, en plena calle, comprando en la botillería de la esquina un buen vino blanco, para terminar comiéndolas sentados, mirando al mar, conversando de Bourdieux...Mucho tiempo…mucha historia…ha pasado desde que no voy a Horcón.

Mmm…Pie de limón, qué difícil sería decir donde está el mejor, quizá por que no he encontrado un lugar donde saborearlos, es que ya no como tanto, y siempre tengo esa sensación de no quedar satisfecha. Lo más cercano a mi gusto es el del Marco Polo, pero sólo voy cuando las ganas de comer pie de limón se han vuelto tan fuertes que… no puedo eludirlas. Sin embargo, el Marco Polo posee el mejor chacarero de la región y con una Kutsman miel…cómo les explico.

Comenzaba a despertar, sentía como se daba vueltas. Sin embargo la ignoré, la posibilidad de que siguiera en el sueño era alta y no quería que viniera a interrumpir mis pensamientos, además, me agota, sobre todo desde que decidimos hacer pacto de no agresión y cada día se mete más en mis cosas.

Cuando una quiere chanchear acá en el puerto, la mejor Chorrillana la encuentra en El Renato, atendida por esa mujer grande y simpática, una se come una Chorillana, que si bien hay que esperar largo rato, está en su punto.

Pero la mejor comida italiana, se encuentra en “La Mangiatta”, con… ese chef… italiano, o al menos… lo parece, que despierta las fantasías de las minas y de más de un mino. Su lasaña de la casa es in com pa ra ble…Valparaíso, Rodríguez…ahí un domingo por la tarde, la mejor italiana.

Y pasteles, bueno para los pasteles hay que viajar un trecho…pero no está mal…Quillota, media cuadra después de la plaza entras al “Joao”, lo recordé el otro día, tenía sabor a nostalgias…llegue a hacer clases y me dije… yo estuve aquí, entonces recordé y…el amor se vino como un huracán…me dije pasteles en el “Joao”…no se lo pierdan.

Se acababa la tranquilidad, se despierta sin remedio, busca el sol con su cuerpo y comienza a ocupar el espacio. Se sonrió con esas sonrisas que anuncian una pachotada.

-…de comida o…de sexo-

Te acordai del minito del Pagano, cómo te viste, con las patitas en las cajas de cerveza…era exquisito. Sí hasta a mi me gusto el guachito, un poco cromañon, pero de repente a una le hace falta un buen remezón, ¿o no? O querís llamar al profe. No, ese ya nos aburrió, se le acabó el repertorio. Y que tal el otro, el del cumple del otro día. Sí, todavía no sabemos cómo es, pero…no se veía mal ¿o no?, una invitación al cine o almorzar. ¡A cartucha! qué tiene, los tiempos han cambiado, una puede llamar a un mino, bah es que vos soi muy cartucha. Y…¡tu compañerito!, el del curso que hiciste la otra vez, igual salvaba el loco, además tenía ese olorcito a Yves Sant Laurent, que nos encanta, bueno me encanta a mí, porque a vos te gustan naturales, y te tiraba los boxer como loco….Y…sí llamamos a…y porque no, pucha que soi fome…si al final ni es comida lo que queris… Ya está bueno…porque no reconocís que querís puro comerte un mino…

Finalmente ella tenía razón, era lo que me molestaba que apareciera, y por eso mismo, además, le había cedido territorio, en eso ella siempre tenía razón. Así que dejé que hiciera. Llamó al compañerito, quien no se negó y…luego…yo preparé la escenografía, hay que reconocer que tengo un poco más de gusto, ella bailaba arriba de la cama, desnuda, arropada por el sol. Mientras yo le ponía sal perfumada a la bañera…

Julio del 2007